A los 8 años empezó como niño corista en la catedral de León (desde 1594 hasta 1602). Más tarde estudió en la iglesia colegiada de Berlanga con Juan de Avila (hasta 1607) y con Sebastián López de Velasco (en 1607) mientras ambos eran allí maestros de capilla.

Desde el 19 de abril de 1611 hasta el 26 de enero de 1615 fue maestro de capilla de la catedral de Huesca; desde el 31 de enero de 1615 al 15 de abril de 1616 de la catedral de Burgo de Osma, y desde entonces hasta su muerte de la catedral de Palencia.

Durante su tiempo en Palencia conquistó constantes elogios por su  educación y cuidado de los coristas, y fue elevado al rango de canónigo.

En 1645 Mateo de Molina llegó a ser el primer arpista pagado en la catedral. Isla fue uno de los primeros en especificar un continuo de órgano, arpa y bajo (cuerdas) para obras poli corales en España, e influenció una escuela de compositores poli corales encabezada por su alumno Tomás Micieres.